Muchos afirman haber tenido sentimientos mucho más
fuertes con alguien de Internet que en la realidad. Eso es debido a que las
relaciones cara a cara tienen la realidad cubierta, ya que los ojos ven lo
que hay y no hay un lugar para la imaginación tan grande como se da en los
casos puramente internautas.
En cambio, cuando
los ojos no han visto la realidad, la mente empieza a imaginar y a crear una
figura idealizada de lo que le gustaría encontrar, de la persona
ideal para uno. Todo esto se activa inconscientemente. Así, poco a poco, se va
entrando en una ilusión que aumenta hasta llegar a una fuerte intensidad que
puede dañar más de la cuenta.
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